Justicia y perfeccionismo

Justicia y perfeccionismo

Sábado 17 de abril, 2010


No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí (Filipenses 3: 12)

OTRA IMPLICACIÓN QUE TIENE EL MENSAJE de la justificación por la fe es que nos protege del perfeccionismo. ¿Qué es el perfeccionismo? Es la doctrina que enseña que el ser humano tiene que ser perfecto si quiere entrar en el reino de Dios. El perfeccionismo ha sido un problema para la fe cristiana a través de los siglos. Durante los primeros siglos del cristianismo hubo grupos de cristianos que se retiraban a lugares desérticos y apartados, con el propósito de evitar la contaminación del mundo. Allí construyeron conventos donde practicaban ayunos rigurosos para mortificar las inclinaciones del cuerpo. Tenían la reputación de ser santos, y buscaban la perfección para ser dignos de entrar en el cielo. También en las filas adventistas se ha asomado el perfeccionismo, han surgido grupos que enseñan que es necesario vivir sin pecado en este mundo para poder aspirar al cielo. Pretenden apoyarse en las Esenturas y en el ejemplo personal de Jesús. Nos recuerdan que sin «la santidad [...] nadie verá al Señor» (Heb. 12: 14). Citan las palabras del Señor: «Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto» (Mat. 5: 48). Y también las palabras de Elena G. White: «Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá él para reclamarlos como suyos» (Palabras de vida del gran Maestro, p. 47). Se olvidan que la santidad bíblica y la perfección no significa perfección absoluta, sino madurez cristiana; y que el carácter de Cristo que se requiere, es su bondad hacia el necesitado y doliente. El perfeccionismo no está acreditado en la experiencia cristiana ni aprobado en las Escrituras. Ningún cristiano, apóstol o discípulo pretendió alguna vez ser perfecto, excepto Jesús de Nazaret. Si el perfeccionismo fuera correcto, nadie entraría en el reino de Dios, históricamente hablando. El perfeccionismo es un engaño de Satanás. El mensaje de la justicia de Cristo nos protege de caer en ese engaño, porque es la justicia de Cristo la que tenemos y recibimos, no la justicia que nosotros podamos lograr por nuestro esfuerzo personal.

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